Hace unos meses unos amigos pusieron en marcha lo que creo que es el primer supper club del PaÃs Vasco, o al menos de Gipuzkoa.  Un restaurante secreto itinerante, cuyos 12 comensales desconocen dónde se encuentra hasta la vÃspera.
Se llama Ubik Supper Club y representa la experiencia gastronómica vasca. Literalmente, The Basque Food Experience. Porque Ubik es, más allá de una cena, una experiencia muy especial. Un evento en «petit comité», con un aura de misterio y secretismo que lo hace muy atractivo.
Hacia las 21:00 comenzaron a llegar los comensales. Nosotros habÃamos llegado antes, para documentar en un vÃdeo de la agencia Barking Blogs todo el proceso de preparación de la velada.
Y digo que Ubik es más que una cena, porque aunque la gastronomÃa está presente durante toda la experiencia, es más lo que se vive que lo que se come. Lo que a mà más me atrajo fue sentirme como en una especie de pelÃcula, sobre todo al principio.
Imaginaos: Te has apuntado a una cena, pero no sabes dónde se va a celebrar ni quiénes van a ser tus compañeros de mesa. La vÃspera recibes un mail que te indica la localización. Acudes, llamas a un timbre, subes dos pisos y te encuentras con un taburete junto a la puerta de entrada a una casa normal y corriente. Sobre el taburete, un pequeño cartel de Ubik.
De pronto te sumerges en una conversación, y enseguida haces buenas migas con tus colegas. Amigos por una noche. Mientras uno de los anfitriones diserta sobre los diferentes productos y recetas que te vas a meter entre pecho y espalda, el otro se dispone a elaborar y a servir los platos.
Ubik Supper Club se cimenta en tres pilares principales: La divulgación, la experiencia y los productos locales y de temporada. Su filosofÃa está fuertemente influenciada por el movimiento Slow Food y la cocina de Kilómetro 0. Y es que, tal y como reconocen en su web, «si compramos los mejores productos, lo único que hay que hacer en la cocina es no cagarla«.
El menú, que nos anunciaron la vÃspera en el mismo mail que indicaba la dirección, consistió aquella noche en las siguientes delicias:
- Gildas.
- Txalupas de anchoas marinadas.
- Tomates (cata de 3 variedades).
- Jamón curado (1 de aquà y 2 de allá).
- Ventresca de bonito del Cantábrico a la plancha con piparras.
- Tabla de quesos del PaÃs Vasco.
- Vino Doble R blanco, DO Rueda.
- Vino Doble R tinto, DO Ribera del Duero.
- Tejas y cigarrillos de Tolosa.
Durante la cena hablamos sobre cuotas de pesca, trazabilidad del bonito, labels, variedades de tomates y quesos, jamones variopintos, sidra, vino y txakolÃ. Todo ello acompañado con una presentación en diapositivas y un debate abierto.
Fue como una peli dirigida conjuntamente por Fernando León de Aranoa (Familia, 1996), Marcelo Piñeyro (El Método, 2005) y Francis Veber (La cena de los idiotas, 1998). Salvando las diferencias y con el permiso de los organizadores ;)
Desde entonces se han celebrado varias cenas, una al mes. Hasta donde sé, la ubicuidad de este club les ha llevado por áticos frente a la Zurriola, una pescaderÃa en plena Parte Vieja, una tÃpica sociedad gastronómica… Siempre en Donostia.
Un supper club es una especie de restaurante secreto. El fenómeno tiene bastante tirón en este momento. Se puede decir que se ha puesto de moda, aunque parece que en su origen fue algo bien distinto. Para conocer más sobre el fenómeno de los restaurantes clandestinos, os recomiendo la lectura de este artÃculo del Traveler.
Parece que los pioneros nacieron como respuesta a épocas de crisis económica general o personal. Los hay de varios formatos: Desde los más underground, cuyos locales se esconden tras lo que parece la fachada de una lavanderÃa, hasta los que se celebran en galerÃas de arte o al aire libre. Los hay, incluso, con estrella MichelÃn.
En nuestro entorno más cercano, después de Ubik se han creado un par de experiencias más, que ahora mismo no recuerdo. Deben ser muy secretos porque, aunque he buscado, no los he encontrado :D La verdad es que la idea ha dado para mucho y existe, incluso, una plataforma online inspirada de alguna forma en este fenómeno. Se llama Kitchensurfing y emula otras fórmulas como el couchsurfing.
Otras referencias ineludibles cercanas son The Glutton Club y su célebre «pop up bakery»Â Loaf in a Box. También The Silver Fork Society, que hemos conocido recientemente. Ya se sabe que por estos lares la gastronomÃa está muy presente en nuestra vida social. En cierta manera, el Pipa Club de Barcelona también me recuerda a la atmósfera de los supper clubs.
Os preguntaréis de dónde viene el nombre Ubik. Efectivamente, es el nombre de una novela de Philip K. Dick, autor de «Sueñan los androides con ovejas eléctricas« (que dio lugar a la pelÃcula Blade Runner). Por cierto, si se cumple lo anunciado este año se estrenara la adaptación cinematográfica de la novela que da nombre a este supper club.
Vuestros comentarios